El precio por no estudiar

Autora: Mtra. Yolko Sierra Zamudio, Docente y Presidenta del Comité Académico de la Universidad ORT México

En la reflexión de saber ¿cuál es el precio por no estudiar?, tendríamos que entender los alcances y recompensas de estudiar o concluir cierto nivel educativo. Partiendo del nivel inicial, para algunos autores, el hecho de cursar por lo menos un año de preescolar impacta en el desarrollo educativo en niveles posteriores. Les da herramientas de interacción social, motricidad, autonomía, dinámicas para estar en un colegio, entre otras.

En resumen, hace una diferencia con aquellos niños que no tuvieron la oportunidad de cursar el año obligatorio. La educación básica que comprende 10 años – 1 de preescolar, 6 de primaria y 3 de secundaria – es el único nivel educativo que la mayoría de los ciudadanos concluirán. Es el nivel con el que en México cuenta el 95% (aprox.) de la población. Este nivel es el único que en países en desarrollo, el Estado garantiza a su población. Es por eso, que los contenidos y las habilidades que desarrollan durante estos años son decisivos de manera individual para su futuro y el del país.

El nivel medio superior, el cual es obligatorio en México desde el año 2012 y que hasta hace algunas décadas, eran los años de preparación a la universidad. Actualmente, esos tres años decantan a la población escolar por muchas razones. El nivel de deserción es muy alto y de cada 100 estudiantes que ingresaron a la primaria, sólo 45 estudiantes concluyen el bachillerato. Aunado a la serie de problemas por los que los estudiantes no concluyen este nivel, la institución donde se concluye determina en muchos casos las opciones que tendrá ese estudiante para continuar o no sus estudios y sobre todo, dónde los estudiará.

Por último, el llegar a nivel superior, al cual sólo tiene acceso el 35% de la población supone un enorme esfuerzo para muchas partes. Lo que obtenemos de este nivel, es una preparación para poder ejercer alguna profesión. Lo anterior nos brinda diferentes opciones laborales y los conocimientos y habilidades para poder ejercer ciertas funciones para las cuales se nos ha preparado.

Sin embargo, y a pesar de haber superado todos los filtros del sistema educativo, el hecho de concluir una carrera universitaria, en la actualidad tampoco garantiza el hecho de tener un empleo, ni que sea bien remunerado. Como se puede ver, cada nivel educativo nos proporciona elementos indispensables para nuestro posterior desempeño académico.

En mi opinión, la pregunta que debemos hacernos, no es ¿Cuál es el precio por no estudiar? sino, ¿Quién paga el precio? ¿lo pagarán los padres? que no saben qué tipo o qué escuela deben atender sus hijos. ¿Lo pagarán los propios estudiantes? quienes cuando deben tomar la decisión de continuar estudiando o trabajar o realizar otras actividades deban hacerlo sin la suficiente información, experiencia y visión de lo que les depara. ¿El país o el Estado? Que debe asegurarse de brindar a sus ciudadanos la mejor formación posible para además de formar profesionales, forme ciudadanos capaces de resolver los problemas nacionales y que sean parte de la solución de ellos y eso sólo se consigue con personas que cuenten con habilidades críticas y de reflexión para participar en las decisiones del país.

*Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de la autora y no necesariamente representan la postura de la Universidad ORT México.

Texto publicado originalmente en la edición Mayo-Agosto de la Revista Futuro de Mexicana de Becas.

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